martes, 16 de febrero de 2021

Creación de un cuerpo revolucionario

Lectura de un texto de Virginie Despentes por Virginie Despentes el viernes 16 de octubre de 2020 en el Centre Pompidou en Paris en el marco del seminario Paul B. Preciado Una nueva historia de la sexualidad.




Y aquí estamos. Escribí un texto sobre ese tema. Nunca leí un texto mío, hice lecturas en público pero no de textos míos y no sé qué va a pasar. En todo caso es emocionante estar aquí de nuevo, la última noche antes del toque de queda de las 20:30h. Mañana a esta hora la mayoría de nosotros estaremos en nuestras casas así que es importante estar aquí con ustedes.


Tengo la impresión de vivir con diez mil policías dentro de mi cabeza, los verdaderos policías, los policías de los otros, los policías de mis adversarios, la policía de mis amigos. Me he convertido en un campo penitenciario yo misma con fronteras en todas partes. Entre lo que está bien y lo que está mal, entre lo que me gusta y lo que no me gusta, entre lo que me aferra y me libera entre lo que es beneficioso y lo que es enfermizo, lo que está permitido y lo que está prohibido. Todas las propagandas me atraviesan y hablan a través de mí. No soy impermeable a nada y estoy harta de vigilar todo lo que digo incluso sin darme cuenta. No necesito que la policía amenace, yo me amenazo sola. No necesito un toque de queda para encerrarme en mí. No necesito al ejército bajo mi ventana porque he interiorizado tanta mierda que éste ya no sirve para nada. Me arrastro por debajo de los alambres de púas perfectamente inútiles desde el momento que me los tragué y estoy harta de pretender que los puedo localizar y neutralizar cuando ellos me laceran a cada paso. Nada me separa de la mierda que me rodea. Gasto demasiada energía en asfixiarme, en decir que es una elección moral, paso el tiempo escabulléndome de radares, controles, esperando palizas cada vez que abro la boca, cuando las verdaderas palizas son las que me administro yo misma porque los canas más eficaces están desarmados, son los que están en mi cabeza, y yo debo vigilar mis más mínimas palabras, como si hubiera una actitud que pudiera hacer que yo merezca ser inocente, que merezca el primer premio a la pureza, que merezca ser designada la mejor, como si existiera una frontera que nos separa unos de otros. La ilusión de que cada uno tiene su stand, cada uno su biografía, cada uno su recompensa en función de su comportamiento, cada uno tiene su pedazo de vereda para caminar, para llamar la atención, para hacer su numerito y tener quince minutos de fama, cuando es la misma vereda para todos. Pero cada uno tiene sus límites, cada uno tiene su prestigio,cada uno sus lectores, cada uno su auditorio. Todos tenemos nuestro universo. Bullshit. Solamente hay un Universo. El mismo para todos, y sacar provecho de este juego no es una cuestión de mérito, es solo una cuestión de agenciamiento, de suerte y nada me separa de la mierda que que me rodea. La frontera de mi cuerpo no es la punta de mis dedos, ni las puntas de mis cabellos. La frontera de mi conciencia no es la fuerza de mi convicción, es el aire viciado que respiro y el aire viciado que exhalo, el anillo en el que me inscribo es más grande que lo que define mi piel, la epidermis no es mi frontera. Vos no estás protegido de mí, yo no estoy protegida de vos. Tu realidad de atraviesa aunque no nos miremos, aunque no nos besemos, aunque yo no viva bajo tu techo, estamos en contacto permanente. Debemos tomar conciencia, bajo la forma de cura, del procedimiento que la pandemia hizo visible bajo la forma de contagio. Cada vez que tenés el coraje de hacer lo que te conviene hacer, tu libertad me contamina, cada vez que yo tengo el coraje de decir lo que tengo que decir, mi libertad te contamina. Nos hemos tragado esas historias de fronteras, esa fábula de cada uno para sí, cada uno en su casa, esas fábulas que quieren que las cosas como las conocemos sean la única realidad posible y que esta sea inmutable, las fábulas según las cuales la raza humana no tiene más que un único destino colectivo posible, la explotación despiadada de unos por una élite, el poder por la fuerza y la infelicidad para todos. Todas las propagandas me atraviesan y me habitan y me dirigen. Yo no soy un territorio de pureza ni de radicalidad, yo no estoy del lado correcto de la barrera, nada me separa de la mierda que me rodea. Nada, salvo el deseo de creer que este mundo está hecho de una materia blanda, lo que hoy es verdadero, puede desaparecer mañana y estoy harta de creer en fronteras que no me sirven para nada, de adherir a ellas como si hubieran sido trazadas por una mano divina que no se equivoca jamás mientras que fueron garabateadas al azar por unos pelotudos. Es la rabia de tener una razón que nos moldea, la rabia de trazar fronteras entre el dominio del bien y el de no importa qué, la rabia de estar del lado correcto, como si existiera algo así como una posición justa, una posición pura, una posición ideal, una posición definitiva de la cual no nos moveremos Y entonces, esas son las armas del enemigo, las que utilizamos, las armas de aquellos que no nos desean ningún bien, de aquellos para quienes somos una amenaza, las herramientas de la exclusión y de la descalificación, de la humillación y del silenciamiento, y de la invisibilización. Y al final es como querer hacer la revolución solo para llenar las prisiones de otras personas, para dar otras órdenes a los mismos policías, dar otras consignas a los mismos jueces, es como cambiar los jugadores pero en el mismo terreno de juego. Esa revolución se transforma en una rotación de los equipos dirigentes. La misma idiotez pero con otros que se aprovechan de ella. Y yo no digo que eso no sirva para nada. Ese movimiento tiene algo sano salvo que no tiene un sueño detrás, ninguno. Una revolución que no tiene ni sueño ni alegría, entonces solo quedará a la destrucción, la disciplina y la injusticia.


Si decimos revolución tendremos que decir dulzura, es decir, comenzar por aceptar que estamos del lado de una estrategia no productiva, no eficaz, no espectacular y que solo el fervor permite abrazarla. Sólo la convicción de que no necesitamos ni tener razón, ni señalar el error, para dar cuerpo colectivo a algo más de lo que ya existe, que las cosas que más importan no son las que acumulan likes para el Día del Juicio Final sino que comenzamos a sentir que estamos en una posición de fuerza. Aunque ocupemos menos superficie espectacular, estamos en posición de fuerza, porque ya hicimos la experiencia de vivir de manera diferente, en cuerpos diferentes, que no nos causan más vergüenza,modificamos nuestras vidas, los discursos, modificamos el espacio con nuestra sola presencia, y es la alegría que sacamos de eso lo que hace que nosotros, el cuerpo colectivo revolucionario, es por eso que algunos de nosotros hicimos la experiencia del disparo asesino de aquellos que no nos soportan simplemente por lo que somos, ellos están convencidos de que la dulzura debe estar reservada al hogar, a la buena mujer y a su perro y nunca al espacio público, nunca al mundo donde vivimos. Esos, tendremos que comprender que si están ebrios de rabia es porque nosotros hemos comenzado a ganar. Ellos quisieran pedalear hacia atrás con todas sus fuerzas para volver al tiempo en que podían decir vos te ocultás, vos te callás, tu palabra no es política. Pero ellos saben que una vez que salimos nuestra libertad contamina, hemos comenzado ya a cambiar el mundo. Los que piensan que deberían hacernos callar, piensan en prisión, sumisión por la fuerza, realidad única, piensan diván, policía, baño de sangre, secuestro, interrogatorios, tortura, censura,vigilancia, sueñan con un papá absoluto, con un adulto que sería todo y sobre todo los protegería de ellos mismos sueñan obediencia, sumisión, disciplina. Ellos tienen la ventaja de soñar un mundo que ya existe que tiene razón en todas partes. Nosotros tenemos la ventaja de no creer que es inmutable. Lo que es irremediable es la muerte de todo lo que conocemos como realidad, lo que es irremediable es el cambio, lo que es irremediable es la rapidez con la cual la realidad se reinventa contra la pesadez de nuestra conciencia. Existe la plasticidad de lo real. Su narración no es sólida. Eso es lo que la Covid nos enseña. Ellos se defienden como diablos, toman decisiones débiles, se frotan las manos pensando “vamos a aprovechar para sacar ventaja”. Su narración no es sólida. Ellos se cuentan historias a sí mismos, este último tour de force es su última voltereta. Su realidad cae hecha polvo. Son unos incompetentes, pagados de sí mismos, imbéciles convencidos de su propia importancia, se pavonean pero por más que griten lo dicen es no es verdad. La estrategia del ruido da la impresión de ser más eficaz que nunca, pero si ellos gritan tan fuerte, si parece que sinceramente están sufriendo, es porque están en el extremo del sufrimiento. Para decirlo simplemente, esta autoridad de los poderosos se la pueden meter en el culo.


Ellos tienen más o menos mi edad. Saben que pronto van a morir pero por alguna razón les provoca placer imaginar que después de ellos nada subsistirá. Mientras tanto, los más poderosos legan a sus hijos el poder, su único poder que es la fuerza de destrucción. La ráfaga de balas es real. El impacto de la bomba es real. La eficacia de las armas es real. No importa quién sea el imbécil que las use, será el que escriba la historia. Pero también tienen armas los soldados de los ejércitos y los policías para protegerse. Ellos siempre necesitan cuerpos gratuitos para hacer sus guerras, enganchar su represión y nadie dice que mañana esos soldados y esos canas no cambiarán de traje. Nada dice que mañana esos soldados y esos canas no decidan cambiar de programa y dejen de disparar a hombres, mujeres y niños. Nada dice que mañana esos soldados y esos canas no dirán: la violación no me la hace parar, violar mujeres y niños y degollarlos no me la hace parar, no quiero pertenecer más a esta historia de mierda solamente porque tres tarados de arriba no conozcan lo que es la saciedad. Nunca nada ha impedido a la historia bifurcarse. Que nos repitan lo mismo todo el día no hace de eso una ley. Nunca nada ha impedido a la historia la disyunción y nada se opone a que la especie humana cambie de una forma colectiva, al contrario, por primera vez en la historia del hombre, no tenemos más elección que hacerlo. Habrá que cambiar de narración. El mercado no existe. No hablamos de montañas, huracanes, incendios, océanos, no se habla de cosas reales cuando hablamos del mercado. No son gigantes de cuya cólera no podemos escapar.


Lo que nos enseña la Covid, entre otras cosas, es que el día que dejemos de ir allí, todo se detiene, y eso es todo. No estamos gobernados por dioses todopoderosos que existen sin nosotros para asentar su burdel. Estamos gobernados por viejos imbéciles que tienen miedo de que su cabello se erice bajo la lluvia, que posan semidesnudos sobre caballos para exhibir su gran gravedad. Estamos gobernados por viejos imposibles a los que es absolutamente posible decirles mañana: andá vos a hacer tu guerra. Si es tan importante confiar en el más violento, organicen entonces peleas entre dirigentes y que entre ellos se hagan mierda sobre el ring si tanto les gusta la sangre. Es tiempo de sustraerse a las evidencias. El mundo tal como lo conocemos se destruye. No es una mala noticia. Es el momento de recordar que no estamos obligados por las armas, no estamos obligados por la guerra, no estamos obligados por la destrucción de los recursos, no estamos obligados a tener en cuenta los mercados. El patriarcado es una narración y cumplió su tiempo. Se terminó pasar la vida en cuatro patas bajo la mesa de su festín, comiendo las sobras y chuparles la pija a ciegas, gratuitamente, amablemente, agradeciendo mucho cada eyaculación. Nos da tanto placer verlos desgraciados. Se terminó. Cuando abramos la boca será para morder. O para hablar. Hablar es tan importante como morder. Hablar es lo más importante que hemos hecho en estos últimos años, nosotros que nunca habíamos hablado. Y lo que hoy cuenta es cuidar nuestra palabra. Si queremos decir revolución debemos permitir a la palabra tomarse allí donde nunca se tomaba. Nos hace falta abrir espacios, no safe, porque safe no existe cuando hay que vomitar su mierda, pero de escucha sincera. No es cuestión de buena voluntad sino de sinceridad, escucha sincera es lo que debemos aprender no para reconfortarnos en eso que nos viene bien, no para preguntarnos si eso va a mejorar nuestros respectivos negocios, sino escuchar sinceramente, tomándonos el tiempo de escucha. No se puede escuchar la palabra si está confiscada por un tribunal, necesitamos aprender a escuchar sin que el objetivo sea declarar culpable o inocente. Todo el circo del juicio despierta el viejo mundo. Nos importa un carajo saber quién es culpable. Como escuchar, recibir, curar, para luego transmitir algo diferente que los ropajes del poder. Debemos aprender a sacarnos de encima la autoridad.


Yo sé y siento que no hay separación neta ni siquiera entre mí misma y el ministro acusado de racista, entre mí misma y la idiota menopáusica que viene a hablar de la dulzura de los hombres, entre mí y la feminista vigilante de una nueva prisión, entre mí misma y la revuelta de tarados agresivos que se levantan porque olvidamos demasiado rápido la importancia de los testículos en el arte, entre mí misma y el acosador de mierda que exige el silencio de las que evocan nuestra historia colonial entre mí misma y los idiotas útiles a los subnormales del 3° Reich, entre mí misma y ellos no hay fronteras fijas, yo también soy los imbéciles, soy su despecho, su cólera, su fétida agonía, porque nada me separa de la mierda que me rodea. Lo cual no equivale a decir que todo vale sino que hay contagio, propagación, impacto, y que toda idea de pureza, de aislamiento, de protección es casi tan creíble como llevar una máscara de papel en el tren en hora pico, algo probablemente útil aunque totalmente ridículo. Estamos expuestos unos con otros, lo cual significa que todo lo que es emitido nos impacta y recíprocamente. Pues si comienzo diciendo que no hay fronteras claras entre mí y los otros, no lo digo de manera poética, digo la armenia, su sufrimiento, la libanesa, su consternación, la mujer sin techo, su herencia, la mujer en prisión, su pena, la cantante de Hong Kong su determinación, la estudiante precaria su rabia. Cuando digo somos todos a la vez no busco la culpabilidad en mi cuerpo de no sentir el drama.


Yo no tengo frío, no duermo en una celda, no fui golpeada hoy, mis pulmones no fueron dañados, no aprieto los dientes, tengo documentos, mi piel está bien y es blanca, comí bien, etc., etc., pero la culpabilidad es una forma de aislamiento que no sirve para nada más que para volvernos impotentes. Sí, la ropa que uso hoy es la vida destruida de los niños que la fabricaron, es la contaminación de países, es la vergüenza de pertenecer a la clase de aquellos que decidieron deslocalizarla. Sí, los alimentos que absorbo son el envenenamiento de la tierra, la destrucción de las especies animales, es la penuria del trabajador agrícola, es la fatiga del camionero español que sobrepaso en la autopista, sí la institución Museo en la que estoy esta noche es una historia de exclusión de rara violencia. Sí, los libros que escribo y que vendo son la vergüenza de mi exhibición mediática, sí, cada palabra que pronuncio hoy tiene la repugnancia de la vergüenza, no solamente la vergüenza de mis privilegios sino también de mi pasividad y de mi capacidad de gozar de todas esas injusticias al mismo tiempo que las denuncio. Sí, yo me siento culpable. No, no soy pura. Pero la culpabilidad es tóxica, no me sirve para nada; con esa vergüenza no puedo hacer nada útil. Sí, tengo conciencia de otro privilegio que es mío y que es la notoriedad, la notoriedad se ha transformado en una puesta en valor. Separatismo entre los que como yo que causan un número de shock en internet y aquellos que reman para hacerse escuchar, para singularizarse, para hacerse notar, entre los que quieren perforar y yo que trueno furiosa invencible. Tengo conciencia de todas mis posiciones de privilegios y no voy a decir que toda posición vale. Las condiciones de vida de todos los cuerpos no son equivalentes con el pretexto de que están relacionados, sino que lo que digo es que hay que tomar conciencia de los lazos invisibles porque ese es el tejido del que estará hecha la revolución, no de nuestras culpas yuxtapuestas. Mi cuerpo blanco no es herido por trabajos forzados ni violado por la impunidad, mi cuerpo cristiano que festeja sin importarle la villa, mi cuerpo goy que se acomoda a la propaganda antisemita, mi cuerpo bien alimentado y demasiado cuidado para el que el capitalismo trabaje y haga el laburo sucio sin que yo me preocupe y pueda aprovecharlo y disfrutarlo al mismo tiempo, ese cuerpo blanco para el que se han definido tantas fronteras. Ya estoy harta de responder a los matones y a los patrones, lo que quiero alimentar hoy es mi facultad de escuchar a los que jamás hablaron. Lo que quiero alimentar es mi capacidad de decidir otra cosa, lo que quiero sentir es que pertenezco a la raza humana y ninguna otra. Quiero escuchar lo que dicen los niños, los que tienen la edad de ser los hijos de mis hijos y creerles cuando dicen vamos a hacer la Revolución. Y sabiendo lo que sé, deseo ayudarlos.


No puedo decir intersección porque ese término me da la impresión que yo vendo tomates y me pregunto sobre la pertinencia de vender algunas papas del vecino en mi estantería mientras que de hecho tu papas crecen en el mismo terreno que mis tomates y de todas maneras saber si tu interés coincide con el mío no es más que una preocupación comercial que no tiene ningún sentido. No se trata de un mapa de rutas ni un problema de matemática. Cuando decimos revolución debo recordar que yo no estoy aislada de vos y vos no estás protegido de mí. Se pueden poner muros, multiplicar las fronteras y los procedimientos para atravesarlas, finalmente es inútil. Tu realidad atraviesa la mía, mi realidad pesa sobre vos. Las fronteras fijas son tóxicas y no sirven para nada, lo que es inmutable es que todo se atraviesa, lo cual no significa para nada que todo vale. Escucho a las personas de mi edad decirles a los que hoy tiene veinte y los escucho decir, como todas las generaciones antes que ellos, “quieren cambiar el mundo”. Con el tono hastiado y sereno de los que han visto a otros, de los que saben como es, pero puedo dar testimonio, mi generación no quería cambiar el mundo, algunos de nosotros lo deseábamos pero mi generación nunca quiso cambiar el mundo. Creían demasiado en ese mundo, creían todo lo que les decían. No todas las generaciones quisieron cambiar el mundo, no todas las generaciones tuvieron el deber de cambiar el mundo. A mi generación nadie le dijo, antes incluso de que supieran leer: si ustedes no cambian el mundo van a reventar. Ellos son género fluido, son pansexuales, son racializados o solidarios con los racializados, no quieren más estar encerrados por la miseria y la injusticia, son chamanes, brujas. Lo que me interesa hoy no es mi vergüenza ni mi culpa ni mi rabia sino de ser capaz de decirles : todo es posible. Es posible comenzar algo mejor, es cuestión de desear otra cosa. Yo elegí creerles cuando ellos dicen que va a salvar al mundo. Yo elegí creer que no sabemos nada de cómo estará hecho su futuro. Yo elegí creer que cuando los poderosos nos repiten: nosotros sabemos todo del futuro porque conocemos el pasado, ellos no tienen alternativa, las cosas son como son, porque es la naturaleza humana, es lo que Dios ha querido en su sabiduría, cuando dicen que hay crueldad y hay injusticia porque la crueldad y la injusticia son parte de la vida, miren a los animales, dicen, y cada vez que los miran es para observar a los que matan. Pero yo también miro a los animales que matan y yo observo y no veo los campos de migrantes, no veo las fronteras, no veo a los elefantes poner.



[Referencia sobre el seminario https://friction-magazine.fr/paul-b-preciado-au-centre-pompidou]/ 

Agradecimiento a Jérémy Rubinstein quien compartió el video en su FB donde lo ví por primera vez.


Escrito expropiado de:

https://compostdenotas.blogspot.com/2021/02/nada-me-separa-de-la-mierda-que-me-rodea.html?m=1 



domingo, 22 de diciembre de 2019

Michel Foucault - Defenderse

He aquí un texto escrito por Michel Foucault para las primeras «Audiencias de la defensa libre», en La Sainte Baume (cerca de Aix-en-Provence), del 23 al 26 de mayo de 1980. Foucault es el único autor, pero fue firmado conjuntamente por Jean Lapeyrie, Dominique Nocaudie y los abogados de la Red de Defensa Libre, Henry Juramy, Christian Revon y Jacques Vergès. Publicado en francés a principios de mayo de 2012.



1 – En primer lugar, evitemos el problema trillado del reformismo y el antirreformismo. No tenemos que hacernos cargo de instituciones que necesitan ser transformadas. Tenemos que defendernos para que las instituciones se vean obligadas a reformarse. Por lo tanto, la iniciativa debe venir de nosotros, no en forma de programa sino en forma de cuestionamiento y en forma de acción.

2 – No es porque haya leyes, no es porque tenga derechos, que tengo derecho a defenderme; es en la medida en que me defiendo que mis derechos existen y que la ley me respeta. Por lo tanto, es sobre todo la dinámica de la defensa la que puede dar a las leyes y a los derechos un valor que nos es indispensable. El derecho no es nada si no cobra vida en la defensa que lo provoca; y sólo la defensa da, válidamente, fuerza a la ley.

3 – En la expresión «Defenderse», el reflexivo es capital. En efecto, se trata de inscribir la vida, la existencia, la subjetividad y la realidad misma del individuo en la práctica del derecho. Defenderse no significa autodefenderse. La autodefensa significa querer tomar la justicia en sus propias manos, es decir, identificarse con una instancia de poder y prolongar sus acciones por propia voluntad. Defenderse, por el contrario, es negarse a jugar el juego de las instancias de poder y servirse del derecho para limitar sus acciones. Así entendida, la defensa tiene un valor absoluto. No puede ser limitada o desarmada por el hecho de que la situación haya sido peor en el pasado o pueda ser mejor en el futuro. Uno sólo se defiende en el presente: lo inaceptable no es relativo.

4 – Por lo tanto, defenderse requiere actividad, instrumentos y reflexión. Una actividad: no se trata de hacerse cargo de la viuda y del huérfano, sino de asegurar que las voluntades existentes de defenderse puedan salir a la luz. Reflexión: defenderse es un trabajo que requiere un análisis práctico y teórico. Requiere, en efecto, el conocimiento de una realidad a menudo compleja que ningún tipo de voluntarismo puede disolver. Necesita entonces un regreso a las acciones emprendidas, una memoria que las preserve, una información que las comunique y un punto de vista que las ponga en relación con los demás. Por supuesto, dejaremos que otros se encarguen de denunciar a los «intelectuales». Instrumentos: no los encontraremos en las leyes, derechos e instituciones existentes, sino en el uso de estos datos que la dinámica de la defensa hará innovador.



Fuente:

domingo, 12 de agosto de 2018

Resistencias Sensibles. Arte, Cuerpxs, y Micropolíticas





Seminario Nómade 2018

Resistencias sensibles
Arte, cuerpxs y micropolíticas

Cuatro encuentros de filosofía que se proponen delinear una transversalidad entre estética, política, corporalidades y prácticas de resistencia ante las formas de producción de sensibilidades que la biopolítica actual provoca, promueve e induce.

Encuentros abiertos que pretenden desplegar estos dispositivos sensibles de producción de subjetividades y evocar ciertas prácticas sentipensantes de intervención estético-políticas, que dispongan una praxis de re-existencia creadora sobre las formas de existencia capitalistas neoliberales, patriarcales, eurocéntricas y racistas.

La apuesta es por el encuentro ante políticas explícitas de desencuentros y confusiones, de distracciones y evasiones. La apuesta es por pensar-nos en el encuentro desde una práctica antigua de compartir conceptualmente formas de resistencias que impliquen nuestras sensibilidades invadidas por la biopolítica capitalista neoliberal y las intervenciones eficaces del patriarcado racista eurocentrado. 

La actividad no requiere inscripción previa y tampoco es necesario asistir a todos los encuentros, aunque quienes tengan la oportunidad de participar de todas las instancias podrán evidenciar la trama íntima que las conecta.

Temáticas de los encuentros:

01. Biopolítica de lo sensible (18.08.18)
01. a. Biopoder y Capitalismo neoliberal 
01. b. Nihilismo y Sujetos precarios
01. c. Pedagogías de la crueldad

02. Estética de las resistencias (25.08.18)
02. a. Resistencias y Revoluciones moleculares
02. b. Contraconductas
03. c. Artes de la (re)existencia

03. Comunidades afectivas (01.09.18)
03. a. Afectos y Sensibilidades colectivas
03. b. Conspiraciones y Prácticas destituyentes
03. c. Micropoliticas deseantes

04. Políticas del espíritu (08.09.18)
04. a. Almas her/éticas 
04. b. Cuerpxs insurgentes
04. c. Políticas cósmicas

Duración de los encuentros: 3hs.

Modalidad: A la gorra.

No se requieren saberes previos. 

Lugar: Centro “9 de Julio”, 9 de Julio 2848, Mar del Plata

Consultas: (0223) 155-694992, ludosofias@gmail.com





domingo, 3 de septiembre de 2017

Filosofía a(nte) la gorra...




Filosofía a(nte) la gorra.
Encuentros de re-existencia sensible a los microfascismos cotidianos

Encuentros dedicados a la lectura de fragmentos ardientes, pensamientos disidentes, experiencias e ideas esquivas y maltrajinadas, pero profundamente explosivas, y más en tiempos donde el reclamo aparentemente crítico se torna una acto microfascista rancio que adolece infatigablemente de ternura.
Encuentros de filosofía expandida, un tanto dilatada por la impertinencia de no querer agradar a ninguna militancia dura, ni mucho menos a los policías del pensamiento riguroso. Una filosofía arrebatada por el mismo fuego que la consuma.  

Se trata de una invitación, una apuesta, un encuentro, simplemente, de herejías sensibles… filosofía a la gorra, y ante la gorra, porque resistir, o mejor, re-existir no es una opción, sino una necesidad. 

Comenzamos el lunes 11 de septiembre, 19hs.
Encuentros quincenales...
En ALASKA, Zona céntrica de Mar del Plata
solicitar dirección a ludosofias@gmail.com 

jueves, 5 de febrero de 2015

Artaud: Posición de la carne

en La Nouvelle Revue Française, N° 147, diciembre de 1925. 

Pienso en la vida. Ninguno de los sistemas que pueda edificar igualarán jamás mis gritos de hombre ocupado en rehacer su vida.

Imagino un sistema del que participaría el hombre todo, el hombre con su carne física y las alturas, la proyección intelectual de su mente.

Para mí es necesario contar, antes que anda, con el magnetismo incompresible de hombre, con lo que, a falta de una expresión más aguda, me veo obligado a llamar su fuerza vital.




Será necesario que un buen día mi razón acoja esas fuerzas sin formular que me asedian, que se instalen en el sitio del más alto pensamiento, esas fuerzas que desde afuera tienen la forma de un grito. Existen gritos intelectuales, gritos que provienen de la sutileza de la médula. A eso es a lo que llamo Carne. No separo mi pensamiento de mi vida. Con cada vibración de mi lengua, rehago todos los caminos de mi pensamiento en la carne.

Hay que haber estado privado de la vida, de la nerviosa irradiación de la existencia, de la completud consciente del nervio, para darse cuenta de hasta qué punto el Sentido y la Ciencia de todo pensamiento se esconden en la vitalidad nerviosa de las médulas y cómo se equivocan aquellos que reducen todo a la Inteligencia o a la Intelectualidad absoluta. Completud que abarca toda la consciencia y los caminos ocultos de la mente en la carne.




Pero, ¿qué soy yo en medio de esta teoría de la Carne o, para decirlo mejor, de la Existencia? Soy un hombre que perdió su vida y que por todos los medios busca que ésta recupere su lugar. Soy, en cierto modo, el Excitador de mi propia vitalidad: vitalidad más preciosa para mí que la consciencia, ya que lo que en los otros hombres no es más que un medio de ser un Hombre es, en mí, toda la Razón.

En el curso de esta búsqueda soterrada en los limbos de mi consciencia, me pareció sentir estallidos, como la colisión de piedras ocultas o la súbita petrificación de fuegos. Fuegos que serían como verdades insensibles y, por milagro, vitalizadas.

Pero es necesario ir a pasos lentos por la ruta de las piedras muertas, sobre todo para aquel que ha perdido el conocimiento de las palabras. Es una ciencia indescriptible, que explota en sacudidas lentas. Y el que la posee no la conoce. Pero tampoco los Ángeles conocen, ya que todo verdadero conocimiento es oscuro. El Espíritu claro pertenece a la materia. Quiero decir: el Espíritu, en un momento determinado, claro.




Pero hace falta que yo inspeccione ese sentido de la carne que debe brindarme una metafísica del Ser y el conocimiento definitivo de la Vida.

Para mí, quien dice Carne dice antes que nada aprensión, pero de punta, carne al desnudo, con toda la profundización intelectual de ese espectáculo de la carne pura y todas sus consecuencias en los sentidos, es decir, en el sentimiento.

Y quien dice sentimiento dice presentimiento, vale decir conocimiento directo, comunicación invertida y que se ilumina desde el interior. Hay un espíritu en la carne, pero un espíritu presto como el rayo. Y, a pesar de todo, el estremecimiento de la carne participa de la alta sustancia del espíritu.

Y, no obstante, quien dice carne también dice sensibilidad. Sensibilidad, vale decir apropiación, pero apropiación íntima, secreta, profunda, absoluta de mi propio dolor y, por consiguiente, conocimiento solitario y único de este dolor.



viernes, 23 de mayo de 2014

Spinoza, un cuerpo de las intensidades


Spinoza, un cuerpo de las intensidades

"El cuerpo necesita , para conservarse, de muchísimos otros cuerpos, por los cuales está continuamente como [siendo] regenerado" 

Spinoza, B.: Ética demostrada según el orden geométrico, II, Post. 4



"La duración de los estados no es sólo extensiva y temporal, sino, especialmente, intensiva ya que se trata de variaciones continuas de perfección en el obrar humano. De un estado corporal-imaginativo a otro y de éste al siguiente, esto es lo que Spinoza denomina afecto o sentimiento. Para Spinoza, el afecto no puede ser tomado solamente como un estado de un cuerpo afectado por otro, sino como una verdadera relación, elemental, constitutiva, de las variaciones continuas y correlativas de dos o más cuerpos afectados-afectantes. La deconstrucción de la idea de sentimiento como estado (estático) y la inauguración de la dimensión relacional en la constitución afectiva, he aquí el inédito desencadenamiento spinoziano de una nueva analítica de los afectos. (...) El distanciamiento y recusación tanto de la física como de la metafísica cartesianas parece incuestionable. La unidad sustancial diferenciada en atributos y expresada en la naturaleza bajo una infinidad de modos revela, en el campo afectivo, que la idea que constituye la forma del afecto-sentimiento afirma estados intensivos corporales relacionados, y no se resume sólo al plano ideativo-formla. El afecto es una duración vivida, una vivencia diferencial de estados y no una mera comparación intelectualista."

Kaminsky, G.: Spinoza: la política de las pasiones. Barcelona: Gedisa, 1998, 34-35.




"Spinoza propone a los filósofos un nuevo modelo: el cuerpo. Les propone instituir al cuerpo como modelo: 'No sabemos lo que puede el cuerpo ...'. Esta declaración de ignorancia es una provocación: hablamos de la conciencia y de sus decretos, de la voluntad y de sus efectos, de los mil medios de mover el cuerpo, de dominar el cuerpo y las pasiones, pero no sabemos ni siquiera lo que puede un cuerpo. A falta de saber, gastamos palabras. Como dirá Nietzsche, nos extrañamos ante la conciencia pero 'más bien es el cuerpo lo sorprendente ...'. (...) Se trata de mostrar que el cuerpo supera el conocimiento que de él se tiene, y que el pensamiento supera en la misma medida la conciencia que se tiene de él. (...) Cuando un cuerpo 'se encuentra con' otro cuerpo distinto, o una idea con otra idea distinta, sucede o bien que las dos relaciones se componen formando un todo más poderoso, o bien que una de ellas descompone la otra y destruye la cohesión entre sus partes. En esto consiste lo prodigioso, tanto del cuerpo como del espíritu, en estos conjuntos de partes vivientes que se componen, y se descomponen siguiendo leyes complejas. El orden de las causas es así un orden de composición y descomposición de relaciones que afecta sin límite a la naturaleza entera. Pero nosotros, en cuanto seres conscientes, nunca recogemos sino los efectos de estas composiciones y descomposiciones; experimentamos alegría cuando un cuerpo se encuentra con el nuestro y se compone con él, cuando una idea se encuentra con nuestra alma y se compone con ella, o, por el contrario, tristeza cuando un cuerpo o una idea amenazan nuestra propia coherencia.

Deleuze, G.: Spinoza: filosofía práctica. Barcelona: Tusquets, 2001, 27-29.





viernes, 25 de abril de 2014

Seminario Deleuze-Foucault, 6to. encuentro





En el marco del Seminario Deleuze-Foucault organizado por Debates Actuales de Teoría Política Contemporánea, se desarrollará el 30 de Abril a partir de las 19hs. en el Teatro Moulin Bleu (Rodríguez Peña 411, Cap. Fed.), el Sexto Encuentro a cargo de Santiago Diaz y con la siguiente temática:

 
Deleuze, una micropolítica de lo impersonal
Estética, Cuerpo y Subjetividad en el semiocapitalismo actual.


Nos proponemos trazar un camino de múltiples entradas al pensamiento político deleuziano, teniendo como referente inicial la relación que se realiza entre la estética y la política a partir del problema actual de la subjetividad. En efecto, se intentará comprender las resonancias estético-políticas del semiocapitalista en la producción de la subjetividad como modo de captura y sedimentación de fuerzas y afectos. Si entendemos que el semiocapitalismo contemporáneo es la modalidad del adormecimiento sensible por saturación de signos que se presenta en nuestra sociedad, desde el momento en que “todo acto de transformación puede ser sustituido por información y el proceso de trabajo se realiza a través de recombinar los signos” (Berardi), entonces el signo, entendido como la relación entre lo material y lo inmaterial, es el producto más sutil de esta nueva modalidad del capitalismo. De ahí, que el semiocapitalismo será ese dispositivo estético-político de diagramación “sedentaria” de prácticas subjetivantes, que establecerá las formas de producción de la propia subjetividad bajo la axiomática sensible de la colonialidad semiótica del capitalismo actual. La captura tecnológica de las formas de existencia, la elaboración detallada de un “rostro”, los selfies de la imagen icónica y el perfil, del usuario encriptado, como también los selfies empresariales, profesionales, militantes, académicos, intelectuales del nuevo rostro de la mutación, el soft y la fluidez, son parte de la construcción semiótica de las identidades. La captura de esas fuerzas creativas y su recombinación en la producción de sí mismos es la línea sedentaria que conforma el estilo actual de una macropolítica semiótica de lo hipersensible. En este contexto, creemos que los conceptos deleuzo-guattarianos nos permiten configurar un diagrama activo que colabore al desarrollo de la problemática en cuestión, principalmente desde la idea de micropolítica de lo impersonal, donde el cuerpo toma un papel singular como espacio de producción nómade de resistencia y de creación de singularidades intensivas no-orgánicas, es decir, como una heterogénesis autopoiética. Para esto presentaremos la noción de cuerpo como una territorialidad agonal de fuerzas heterogéneas (biológicas, culturales, sociales, políticas) y los procesos de captura que configuran hoy los modos de subjetivación (el dispositivo de la cultura, de los sentimientos, del movimiento, y de la sexualidad) como el juego problemático a debatir desde las posibilidades de una micropolítica de lo impersonal. Quizás se trate, entonces, de pensar el modo de conjurar una “desrostrificación” de los procesos de captura a partir de esos devenires clandestinos que la micropolítica sensible (estética) de lo impersonal provoca. Esa es la apuesta y la invitación a un debate que involucra lo más íntimo de un proceso macropolítico y estético de configuración sensible de las subjetividades.


Seminario Deleuze-Foucault

7 encuentros semanales los días miércoles de 19 a 21:30 (22hs). A cargo de distintos expositores, que presentarán una propuesta durante una hora y realizaremos a continuación una discusión de una hora y media.


Propuesta

Dentro del planteo general del programa de trabajo de Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea para el 2014, encontramos pertinentes las teorizaciones de Gilles Deleuze y Michel Foucault para abordar las problemáticas que consideramos cruciales para comprender nuestro presente.

Pensamos en estos dos autores como máquinas de guerra que nos permiten atravesar un territorio escarpado, habitado por problemas que hacen a la política, la vida, la soberanía, el control, el poder y las posibilidades de resistencia. Creemos necesario actualizar la mirada sobre el control y la disciplina en el siglo XXI con las nuevas tecnologías y dispositivos que han permitido, por un lado, crear y administrar la información y el conocimiento de formas singulares e inquietantes y, por otro, conformar nuevas subjetividades sujetas a dispositivos de saber-poder que establecen nuevos umbrales de normalidad.

Deleuze y Foucault pueden ser pensados -más allá de sus diferencias- como dos engranajes centrales que conforman este dispositivo teórico filosófico que, entre tantos otros campos, ha realizado una importante contribución al pensamiento político. La mirada que brindan para pensar la inmanencia y el acontecimiento funciona como un dispositivo que en sus múltiples lecturas, usos, adaptaciones y combinaciones, puede contribuir a conformar un saber que pueda brindar lo que llamamos “soberanías localizadas”.

Para poder conocer de manera más clara las obras de estos dos autores y las discusiones políticas que han abierto, invitamos en este seminario a seis expositores para actualizar y localizar este pensamiento. Nos proponemos valernos de sus aportes para pensar la política desde una perspectiva que pueda desafiar la mirada hegemónica de una “democracia global” y una gubernamentalidad neoliberal de las cuales pretendemos comprender las formas, los dispositivos, las tecnologías. Nos interesa abordar cómo y qué nuevos saberes han hecho proliferar estas tecnologías y dispositivos que en su promesa de favorecer una sociedad más democrática amenazan con controlar, ya no a los cuerpos confinados, sino sus vidas ordinarias, en el lugar o momento que se encuentren, conociendo información personal, contactos, conexiones, espacios, estratos, clase o ámbito de pertenencia.

En ese marco, invitamos a reflexionar tanto sobre las teorías de estos dos pensadores como los problemas políticos que nos permiten abordar y reconocer nuestras situaciones localizadas. Para ello, esperamos que las exposiciones de los distintos presentadores nos brinden una mirada amplia y compleja sobre estos pensamientos y sobre sus modos de operar en el campo de lo político. Cada propuesta particular encuentra su punto de conexión en la unidad del seminario, que busca abordar la dimensión de lo político o la política en Deleuze y Foucault. En ese sentido, más que introducciones biográficas, y ordenamientos y comparaciones cronológicas, buscamos lecturas singulares de estos autores que nos permitan pensar desde nuestro tiempo, nuestros espacios, nuestros problemas, formas de resistir o establecer fugas de las formas de control y disciplina que vemos derramarse por todo el espacio social

La propuesta de una lectura actual, diversa, amplia y por sobre todo localizada deDeleuze y Foucault, busca permitirnos descubrir a estos pensadores por primera vez o poder redescubrirlos de forma original, revelándonos algo nuevo y revitalizador que nos afecte para hacer proliferar éste pensamiento rizomático.

Redactado por: Matias Saidel y Ricardo Esteves. Corregido por Diego Demichelis. Para Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea



lunes, 6 de enero de 2014

Curso | Pensar el Cine

Universidad de Verano 2014
Universidad Nacional de Mar del Plata
Curso

Pensar el Cine
Deleuze, una estética intensiva de las imágenes

Prof. Santiago Diaz
UNMdP
ludosofias@gmail.com

http://pensar-deleuze.blogspot.com.ar/





El arte y la filosofía conviven simbióticamente bajo las fuerzas creativas del pensamiento, se enfrentan al caos que se impone como una intensidad extranjera y vagabunda. Son trazados sensibles que se cruzan para intervenir esa fuerza insistente que desborda toda lógica, razón o identidad. Se trata, entonces, de poder capturar un instante de esa potencia infinita que nos atraviesa, para que nos abra la posibilidad a otras formas vitales, otros recorridos existenciales y otras experiencias sensibles.

Pensar es un movimiento de creación que efectúa la guerra constante por el sentido de lo sensible. Pensar solo se da en infinitivo, porque se mantiene latente el diagrama variable de lo imposible. Pensar es hacer sensible fuerzas que de por sí no lo son. Pensar el cine, es pensar  una imagen sensible del pensamiento, una estética de las imágenes en sus intensidades fabuladoras. Pensar el cine no es sino dar vitalidad al pensamiento, y el cine no hace más que producir una constelación sensible que devuelve el fondo impersonal donde subyace en germen toda expresión, todo gesto, toda vida.  

Nos proponemos un ritual de iniciación al pensamiento de Gilles Deleuze desde sus intervenciones en el cine, y los efectos que éste ha producido en su filosofía. Una indagación por la superficie profunda de las imágenes de pensamiento que brindan movimiento al concepto, y los conceptos que ponen en movimiento las imágenes… Pretendemos realizar un recorrido por sus dos obras sobre cine: La Imagen-Movimiento La Imagen-Tiempo, partiendo desde la crítica bergsoniana del movimiento, pasando por la clasificación de las imágenes y su lógica de signos, hasta el establecimiento del concepto de Imagen-Cristal. Entonces, desde las tesis sobre el movimiento, hasta la postulación de una renovada teoría del tiempo, con Deleuze es posible indagar el cine, como expresión artística propiamente del siglo XX, para construir series conceptuales que permitan la gestación de nuevas formas de pensamiento en lo filosófico. Así, el presente curso se propone establecer un viaje por la historia del cine, sus variaciones e innovaciones surgidas a partir del cine moderno. Éste permite una nueva manera de pensar en el orden filosófico y artístico, no ya de manera causal, dual, progresiva, secuencial y moralista, sino como forma de interacción múltiple, dinámica, expresiva y en devenir. Finalmente, en el desarrollo del curso, estimaremos la apertura permanente a debates enriquecedores en relación a las temáticas tratadas y la sugerencia de bibliografía y filmografía precisa para cada uno de los temas que suscite dicho debate.


Luego de las caídas utopías modernas y las decepciones sobre la razón y sus promesas, se hizo necesario que de alguna fuente nazca una nueva sensibilidad y vitalice la ya pesada experiencia de guerras y martirios; para esto el arte cinematográfico tomó la tarea de traer a la superficie la creencia sobre el mundo. Creer en el mundo para poder habitarlo en sus dimensiones más íntimas. El cine se ha encargado de “hacer ver” aquello que permanecía “in-visible” ante las vidas autómatas. De ahí que es necesario todo intento por pensar el cine contemporáneo desde una estética intensiva de las imágenes, y de pensarlo desde una lógica distinta de las perspectivas del relato, de una semiótica reducida o de los análisis estrictamente técnicos. En definitiva, el cine permite realizar esa expresión creativa del pensamiento, como expresión de la más intensa de las vitalidades artísticas, y permite además trazar resonancias íntimas entre el arte y la filosofía; por eso nos interesa, pero fundamentalmente para no dejar que el pensamiento, o la fuerza misma de la vida, se vuelva un pesado sarcófago de ideas dogmáticas, esas que adormecen cada paso nacido de la misma necesidad de seguir adelante. 



del 4 al 7 de febrero | de 18 a 21hs.
Centro Pugliese 
Primera Junta 3340, Mar del Plata

Informes e Inscripción: 
cultura@mdp.edu.ar 
Tel: 492 1700, interno 175 ó 176. 
De 10 a 13hs.