domingo, 30 de diciembre de 2012

Hacerse filósofo...


"El pensamiento nadie se lo toma en serio, salvo los que se pretenden pensadores o filósofos de profesión, lo que no impide, ni muchísimo menos, que tenga sus aparatos de poder, y que uno de los efectos de ese aparato de poder sea precisamente decir a las personas: no me toméis en serio, yo pienso por vosotros, os doy una imagen, una conformidad, normas y reglas a las que podréis someteros hasta tal punto que llegaréis a exclamar: `No tiene importancia, no es asunto mío, es asunto de los filósofos y de sus teorías puras.´


La historia de la filosofía siempre ha sido el agente de poder dentro de la filosofía, e incluso dentro del pensamiento. Siempre ha jugado un papel represor: ¿cómo queréis pensar sin haber leído a Platón, Descartes, Kant y Heidegger, y tal o tal libro sobre ellos? Formidable escuela de intimidación que fabrica especialistas del pensamiento, pero que logra también que todos los que permanecen fuera se ajusten tanto o más a esta especialidad de la que se burlan. Históricamente se ha constituido una imagen del pensamiento llamada filosofía que impide que las personas piensen."

Deleuze, G. & Parnet, C.: Diálogos. Valencia: Pre-Textos, 1980, 20-21


 


sábado, 24 de noviembre de 2012

Una Revolución debe cuidarse... de marginales y micro-fascismos...



"El peligro de la segmentariedad dura o de la línea de ruptura aparece por todas partes. No sólo concierne a nuestras relaciones con el Estado, sino a todos los dispositivos de poder que trabajan nuestros cuerpos, a todas las máquinas binarias que nos cortan, a todas las máquinas abstractas que nos sobre-codifican; concierne a nuestra manera de percibir, de actuar y de sentir, a nuestros regímenes de signos. (...)

Por supuesto, no basta con alcanzar o trazar una línea molecular, con ser arrastrado por una línea flexible (...) en una línea flexible no sólo podemos encontrar los mismos peligros que en una línea dura, aunque estén miniaturizados, diseminados o más bien molecularizados -pequeños Edipos comunitarios han sustituido al Edipo familiar, relaciones de fuerza inestables han sustituido a los dispositivos de poder, las fisuras han reemplazado a las segregaciones-, sino que aún puede ocurrir algo peor, puesto que las líneas flexibles también producen y tienen que afrontar sus propios peligros: un umbral franqueado demasiado rápido, una intensidad que se ha vuelto peligrosa porque no se podía soportar. No se tomaron suficientes precauciones (...)

Guattari habla de micro-fascismos que existen en un campo social sin estar necesariamente centralizados en un determinado aparato de Estado (...) los Stalin de los grupúsculos, los justicieros de barrio, los micro-fascismos de las bandas... los marginales siempre nos han dado miedo, y hasta un poco de horror. No son lo suficientemente clandestinos...

Los marginales no son los que crean las líneas, lo único que hacen es instalarse en ellas, apropiárselas, y esto está muy bien cuando tienen la curiosa modestia de los hombres de línea, la prudencia del experimentador, pero resulta catastrófico cuando caen en un agujero negro del que lo único que sale es la palabra micro-fascista de su dependencia y de su atolondramiento: "somos la vanguardia", "Somos los marginales"...

Deleuze, G. & Parnet, C.: Diálogos.
Valencia: Pre-Textos, 1980, 160-162



sábado, 27 de octubre de 2012

Un método filosófico... o ¿Cómo pervertir la filosofía?



"Pertenezco a una generación, a una de las últimas generaciones que han sido más o menos asesinadas por la historia de la filosofía. La historia de la filosofía ejerce, en el seno de la filosofía, una evidente función represiva, es el Edipo propiamente filosófico: “No osarás hablar en tu propio nombre hasta que no hayas leído esto y aquello, y esto sobre aquello y aquello sobre esto.” De mi generación, algunos no consiguieron liberarse, otros sí: inventaron sus propios métodos y reglas nuevas, un tono diferente. Pero yo, durante mucho tiempo, “hice” historia de la filosofía, me dediqué a leer sobre tal o cual autor. Pero me concedía mis compensaciones, y ello de modos diversos: por de pronto, prefiriendo aquellos autores que se oponían a la tradición racionalista de esta historia (hay para mí un vínculo secreto entre Lucrecio, Hume, Spinoza o Nietzsche, un vínculo constituido por la crítica de lo negativo, la cultura de la alegría, el odio a la interioridad, la exterioridad de las fuerzas y las relaciones, la denuncia del poder, etc.). Lo que yo más detestaba era el hegelianismo y la dialéctica. Mi libro sobre Kant es muy distinto, y le tengo gran aprecio: lo escribí como un libro acerca de un enemigo cuyo funcionamiento deseaba mostrar, cuyos engranajes quería poner al descubierto –tribunal de la Razón, uso mesurado de las facultades, sumisión tanto más hipócrita por cuanto nos confiere el título de legisladores–. Pero, ante todo, el modo de liberarme que utilizaba en aquella época consistía, según creo, en concebir la historia de la filosofía como una especie de sodomía o, dicho de otra manera, de inmaculada concepción. Me imaginaba acercándome a un autor por la espalda y dejándole embarazado de una criatura que, siendo suya, sería sin embargo monstruosa. Era muy importante que el hijo fuera suyo, pues era preciso que el autor dijese efectivamente todo aquello que yo le hacía decir; pero era igualmente necesario que se tratase de una criatura monstruosa, pues había que pasar por toda clase de descentramientos, deslizamientos quebrantamientos y emisiones secretas, que me causaron gran placer. Mi libro sobre Bergson es, para mí, ejemplar en este género. Hoy, muchos se dedican a reprocharme incluso el hecho de haber escrito sobre Bergson. No conocen suficientemente la historia. No saben hasta qué punto Bergson, al principio, concentró a su alrededor todos los odios de la Universidad francesa, y hasta qué punto sirvió de lugar de encuentro a toda clase de locos y marginales mundanos y trasmundanos. Poco importa si esto sucedió a pesar suyo o no.
Fue Nietzsche, a quien leí tarde, el que me sacó de todo aquello. Porque es imposible intentar con él semejante tratamiento. Es él quien te hace hijos a tus espaldas. Despierta un placer perverso (placer que nunca Marx ni Freud han inspirado a nadie, antes bien todo lo contrario): el placer que cada uno puede experimentar diciendo cosas simples en su propio nombre, hablando de afectos, intensidades, experiencias, experimentaciones. Es curioso lo de decir algo en nombre propio, porque no se habla en nombre propio cuando uno se considera como un yo, una persona o un sujeto. Al contrario, un individuo adquiere un auténtico nombre propio al término del más grave proceso de despersonalización, cuando se abre a las multiplicidades que le atraviesan enteramente, a las intensidades que le recorren. El nombre como aprehensión instantánea de tal multiplicidad intensiva es lo contrario de la despersonalización producida por la historia de la filosofía, es una despersonalización de amor y no de sumisión. Se habla desde el fondo de lo que no se conoce, desde el fondo del propio subdesarrollo. Uno se ha convertido entonces en un conjunto de singularidades libres, nombres y apellidos, uñas, cosas, animales y pequeños acontecimientos: lo contrario de una vedette. Fue así como yo empecé a escribir libros en este registro de vagabundeo, Diferencia y repetición y Lógica del sentido. No me hago ilusiones: son libros aún lastrados por un pesado aparato universitario, pero intento con ellos una especie de trastorno, intento que algo se agite en mi interior, tratar la escritura como un flujo y no como un código. Hay algunas páginas de Diferencia y repetición que estimo especialmente, como por ejemplo las que tratan de la fatiga y la contemplación, porque ellas proceden, a pesar de las apariencias, de la más viva experiencia vital. No era mucho, sólo un comienzo."

Deleuze, G.: Conversaciones 1972-1990.
Valencia: Pre-Textos, 1996, pp. 13-15


domingo, 21 de octubre de 2012

Lo impersonal en Deleuze




El propósito del Seminario consiste en indagar los análisis conceptuales que Deleuze realiza sobre el dispositivo literario y sobre la tesis ontológica que atraviesa el movimiento de su obra ligando el sentido al acontecimiento creador.

El seminario propone desarrollar la tensión productiva y afirmativa entre filosofía y literatura sobre un campo experimental y problemático que el filósofo analiza a lo largo de su obra bajo el nombre de lo impersonal. Serán invocados los autores y los textos literarios donde Deleuze encuentra bajo procedimiento de expresión variable la persistencia de la noción de lo impersonal.

La unidad uno funciona como una introducción en la que se plantea una tipología posible de la tensión entre filosofía y literatura indagando en el análisis de los autores literarios desde la singularidad de los procedimientos de expresión.

La unidad dos trata este campo problemático como la relación entre ontología y expresión analizando en distintos regímenes de signos creadores (Melville, Masoch, Carroll, Artaud, Kafka, Beckett) las relaciones del lenguaje con lo impersonal.

La unidad tres elabora el último texto de Deleuze (“Inmanencia: una vida...”) como síntesis problemática de una vida filosófica en relación a un autor literario (Dickens), tratado desde el punto de vista de la inmanencia y el campo trascendental.

lunes, 13 de agosto de 2012

La Educación Prohibida


La Educación Prohibida es una película documental que se propone cuestionar las lógicas de la escolarización moderna y la forma de entender la educación, visibilizando experiencias educativas diferentes, no convencionales que plantean la necesidad de un nuevo paradigma educativo.

La Educación Prohibida es un proyecto realizado por jóvenes que partieron desde la visión del quienes aprenden y se embarcaron en una investigación que cubre 8 países realizando entrevistas a más de 90 educadores de propuestas educativas alternativas. La película fue financiada colectivamente gracias a cientos de coproductores y tiene licencias libres que permiten y alientan su copia y reproducción.

La Educación Prohibida se propone alimentar y disparar un debate reflexión social acerca de las bases que sostienen la escuela, promoviendo el desarrollo de una educación integral centrada en el amor, el respeto, la libertad y el aprendizaje.
 
(Fuente: http://www.educacionprohibida.com/pelicula/que/)


SINOPSIS:

La escuela ha cumplido ya más de 200 años de existencia y es aun considerada la principal forma de acceso a la educación. Hoy en día, la escuela y la educación son conceptos ampliamente discutidos en foros académicos, políticas públicas, instituciones educativas, medios de comunicación y espacios de la sociedad civil.Desde su origen, la institución escolar ha estado caracterizada por estructuras y prácticas que hoy se consideran mayormente obsoletas y anacrónicas. Decimos que no acompañan las necesidades del Siglo XXI. Su principal falencia se encuentra en un diseño que no considera la naturaleza del aprendizaje, la libertad de elección o la importancia que tienen el amor y los vínculos humanos en el desarrollo individual y colectivo.

A partir de estas reflexiones críticas han surgido, a lo largo de los años, propuestas y prácticas que pensaron y piensan la educación de una forma diferente. “La Educación Prohibida” es una película documental que propone recuperar muchas de ellas, explorar sus ideas y visibilizar aquellas experiencias que se han atrevido a cambiar las estructuras del modelo educativo de la escuela tradicional.

Más de 90 entrevistas a educadores, académicos, profesionales, autores, madres y padres; un recorrido por 8 países de Iberoamérica pasando por 45 experiencias educativas no convencionales; más de 25.000 seguidores en las redes sociales antes de su estreno y un total de 704 coproductores que participaron en su financiación colectiva, convirtieron a “La Educación Prohibida” en un fenómeno único. Un proyecto totalmente independiente de una magnitud inédita, que da cuenta de la necesidad latente del crecimiento y surgimiento de nuevas formas de educación.

miércoles, 25 de abril de 2012

Guattari: Revoluciones moleculares, el atrevimiento de la singularización


"La idea de revolución molecular habla sincrónicamente de todos los niveles: infrapersonales (lo que está en juego en el sueño, en la creación, etc.), personales (las relaciones de auto-dominación, aquello que los psicoanalistas llaman Superyo) e interpersonales (la invención de nuevas formas de sociabilidad en la vida doméstica, amorosa y profesional, y en las relaciones con los vecinos y con la escuela)."

"La revolución molecular consiste en producir las condiciones no sólo de una vida colectiva, sino también de la encarnación de la vida para sí mismo, tanto en el campo material, como en el campo subjetivo".

"El trazo común entre los diferentes procesos de singularización es un devenir diferencial que rechaza la subjetivación capitalística. Eso se siente por un determinado calor en las relaciones, por determinada manera de desear, por una afirmación positiva de la creatividad, por una voluntad de amar, por una voluntad simplemente de vivir o sobrevivir, por la multiplicidad de esas voluntades. Es preciso abrir espacios para que eso acontezca. El deseo sólo puede ser vivido en vectores de singularización."

"La problemática del cuestionamiento del sistema capitalístico ya no es del dominio exclusivo de las luchas políticas y sociales a gran escala o de la afirmación de la clase obrera. También pertenece a aquello que intenté agrupar bajo el nombre de «revolución molecular», cuyos enemigos o antagonistas no pueden ser clasificados en rúbricas claramente delimitadas. Hay una relación de complementariedad y de segmentariedad, que hace que a veces seamos, simultáneamente, aliados y enemigos de alguien."

"Es preciso que cada uno se afirme en la posición singular que ocupa, que la haga vivir, que la articule con otros procesos de singularización y que se resista a todas las tentativas de nivelación de la subjetividad, ya que estas tentativas son fundamentales por el mero hecho de que el imperialismo hoy se afirma tanto a través de la manipulación de la subjetividad colectiva, como a través de la dominación económica. A cualquier escala que esas luchas se expresen o se agencien, tienen un alcance político, ya que tienden a cuestionar ese sistema de producción de subjetividad."


Guattari, F. & Rolnik, S.: Micropolítica. Cartografías del deseo. Bs. As.: Tinta Limón: Traficante de Sueños, 2005, pp. 61-65



viernes, 20 de abril de 2012

Deleuze: Sobre el Concepto Filosófico


“El concepto no tiene más regla que la vecindad, interna o externa. Su vecindad o consistencia interna está garantizada por la conexión de sus componentes en zonas de indiscernibilidad; su vecindad externa o exoconsistencia está garantizada por los puentes que van de un concepto a otro cuando los componentes de uno están saturados. Y eso es efectivamente lo que significa la creación de los conceptos: conectar componentes interiores inseparables hasta su cierre o saturación de tal modo que no se pueda añadir o quitar ningún componente sin cambiar el concepto; conectar el concepto con otro, de tal modo que otras conexiones cambiarían la naturaleza de ambos. La plurivocidad del concepto depende únicamente de la vecindad (un concepto puede tener varias). Los conceptos son como colores uniformes sin niveles, como ordenadas sin jerarquía. De ahí resulta la importancia en filosofía de las preguntas: ¿qué meter en un concepto y con qué co-meterlo? ¿Qué concepto hay que poner junto a éste, y qué componentes en cada cual? Estas son las preguntas de la creación de conceptos. Los presocráticos tratan a los elementos físicos como a conceptos: los toman por sí mismos independientemente de cualquier referencia, y buscan únicamente las reglas adecuadas de vecindad entre ellos y en sus componentes eventuales. El que sus respuestas varíen se debe a que no componen estos conceptos elementales de la misma manera, hacia adentro y hacia afuera. El concepto no es paradigmático, sino sintagmático; no es proyectivo, sino conectivo, no es jerárquico, sino vecinal; no es referente, sino consistente.

Deleuze, G. & Guattari, F.: ¿Qué es la filosofía? Barcelona: Anagrama, 1997, pp. 91-92.

lunes, 16 de abril de 2012

Foucault, un éthos Filosófico



"La ontología crítica de nosotros mismos se ha de considerar no ciertamente como una teoría, una doctrina, ni tampoco como un cuerpo permanente de saber que se acumula; es preciso concebirla como una actitud, un éthos, una vida filosófica en la que la crítica de lo que somos es a la vez un análisis histórico de los límites que se nos han establecido y un examen de su franqueamiento posible.

Dicha actitud filosófica se debe traducir en un trabajo de investigaciones diversas: tales investigaciones tienen su coherencia metodológica en el estudio a la par arqueológico y genealógico de prácticas consideradas simultáneamente como tipo tecnológico de racionalidad y juegos estratégicos de libertades; tienen, además, su coherencia teórica en la definición de las formas históricamente singulares en las que han sido problematizadas las generalidades de nuestra relación con las cosas, con los otros y con nosotros mismos. Y tienen su coherencia práctica en el cuidado puesto en someter la reflexión histórico-crítica a la prueba de las prácticas concretas. No sé si hoy en día hace falta decir que el trabajo crítico implica aún la fe en la Ilustración; considero que siempre necesita el trabajo sobre nuestros límites, es decír; una labor paciente que da forma a la impaciencia de la libertad".

Foucault, M.: "Qué es la Ilustración" en Obras Esenciales III. Estética, Ética y Hermenéutica. Barceona: Paidós, 1999, pp. 351-352.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Michel Foucault: Les Mots et les Choses

Michel Foucault interviewé à propos de son livre « Les Mots et les Choses. Une archéologie des sciences humaines » (1966) par Pierre Dumayet.


Source : Archives INA, 1966.


http://www.youtube.com/watch?v=CVy_frFL7w4&feature=player_embedded